En la ciudad de mis siestas
Mirando al río con los ojos de no ver
Contemplo la marea de granizo
Sobre las casonas empinadas
Hay ruido a vidrios rotos provenientes de todos los rectángulos
Las tapas de luz explotan con humo de guerrilla
Y un perrito guarnecido en un alero envejece de terror
Que ganas de derrotar al mundo
Teniendo en las manos estas garras tajantes de hielo
Si pudiera abriría una grieta en el hígado del amor
Y dejaría mis impactos de agua congelada ahí
Es idiota pensar, escribir, imaginar que los poderes
Son el deseo puro por acribillar una santidad oxigenada
En nombre de ella fuimos engañados
volver a ser entonces lo que fuimos ¿para qué? Para no olvidar
Ser la manada de los pibes que escaparon de la enseñanza
Solo niños contentos
por hacer estallar
las vidas viejas
con balas de granizo
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